Este es el mensaje lanzado en su intervención durante este debate por el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que incidió en la idea ya expresada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Las acusaciones de Rajoy acerca de la "traición a los muertos" o la "revigorización" de ETA llevaron al presidente a sentenciar que el líder del PP había expuesto "las vísceras" con las que él había rechazado anteriormente hacer oposición.

Pero el presidente dijo también que estaba dispuesto "al reencuentro" si el PP reflexiona sobre las consecuencias de su comportamiento, y ésa fue la idea expuesta por Pérez Rubalcaba.

Denunció el portavoz socialista que hace ya varias semanas el PP comenzó a exponer "con estridencias" sus discrepancias en materia antiterrorista, rompiendo así el acuerdo de mantener esas diferencias en el marco discreto del Pacto Antiterrorista.

Sucede ahora lo mismo que con anterioridad a 1996, entonces también con el PP en la oposición, y la conclusión es, sentenció, que, cuando los populares no están en el poder,"inmediatamente busca el rédito político del terrorismo".

Prueba de ello fue, creen los socialistas, el discurso de Rajoy en este debate, "el más duro, descalificador, insidioso, injusto y el más desleal que en la Cámara se ha oído pronunciar en materia antiterrorista".

A Rajoy, que no estaba presente en su escaño mientras hablaba Pérez Rubalcaba, el portavoz socialista le acusó de romper, no sólo los acuerdos vigentes desde la transición, "los escritos y los no escritos", sino todas las pautas de comportamiento mantenidas por los demócratas para hablar de terrorismo.

Esas "barbaridades", dijo, son, además, "injustas" porque se basan en una sospecha que ha sido reiteradamente desmentida por el Gobierno: la existencia de negociaciones secretas con ETA.

Como contraposición a esa actitud, Pérez Rubalcaba recordó que los socialistas mantuvieron sus discrepancias en la discreción mientras estuvieron en la oposición, pese a enterarse de algunas medidas "por teletipos", e incluso "hemos votado leyes que no nos han gustado nada".

Entrando de lleno a responder a las acusaciones del PP, Pérez Rubalcaba recordó que el Pacto de Estella se fraguó mientras Aznar gobernaba con el respaldo del PNV, y pese a ello ese apoyo se mantuvo durante toda la legislatura, incluso después de que los socialistas abandonaran el Gobierno vasco por el pacto de los nacionalistas con Batasuna.

"¿No les preguntaron nunca a sus socios qué estaban haciendo con Batasuna? ¡Si era un secreto a voces! Nosotros creíamos que sí. Se firmó (Estella) y como consecuencia de ello hubo una tregua y al calor de ella ustedes abrieron una negociación", dijo el portavoz socialista, recordando las conversaciones con ETA en Suiza.

Había "dos mesas", dijo. En una se firmó Estella, y gracias a ella se consiguió la tregua, que fue utilizada, dijo, "para negociar en la otra mesa", en la que estuvo el Gobierno Aznar.

Mientras todo eso sucedía, el PP seguía gobernando respaldado con el PNV, recordó. Ante esta evidencia, Pérez Rubalcaba preguntó abiertamente al PP "cuándo empezó a considerar al PNV un partido traidor, cuando firmó Estella o cuando ETA rompió la tregua de Estella".

Pérez Rubalcaba se preguntó también qué se diría si fuera un socialista quien en ese momento, en vez de respaldar las conversaciones con ETA, hubiera acusado al Gobierno de dejar de lado la derrota de los terroristas para pactar con ellos. "Nosotros no lo dijimos, pero ustedes lo han dicho, y sin que haya negociaciones", apostilló.

Después de argumentar de esta forma lo que considera "la mayor deslealtad" cometida contra un Gobierno en democracia, Pérez Rubalcaba sentenció que el pacto seguirá en vigor hasta que ETA "deje de matar".

Pidió a continuación "un ejercicio de responsabilidad" al PP, cuyos dirigentes deben "darle una vuelta a todo esto" para comenzar a hacer "lo que nosotros hicimos en la oposición: lo que tengan que decirnos, en privado".