Arnáiz asegura que, pese a que desde distintas instancias oficiales se han querido minimizar las consecuencias del incidente, es demasiad pronto para evaluar el impacto medioambiental que tendrá y hasta qué punto contaminará los acuíferos de la zona, un terreno de cultivos cuya contaminación implicaría graves perjuicios para los agricultores del lugar.

La senadora afirma que, a la espera de la evaluación definitiva de los daños, de lo que no cabe duda es que el vertido contribuirá al deterioro del ecosistema y agravará la situación del río Genil, a cuyo cauce se vierten aguas sin depurar.

Arnáiz también lamenta que los servicios d emergencia de la compañía que gestiona el oleoducto (CLH) actuaran tarde y mal a la hora de contener el vertido, ya que las redes de contención fueron puestas 24 horas después del accidente y en un tramo por el que ya había pasado el gasóleo.

Finalmente, considera que la revisión del oleoducto parece necesaria después del accidente, quinto desde su construcción en 1958, así como el análisis de las causas del mismo, para dilucidar responsabildades.