Maragall, que participó hoy en un curso de la Universidad de verano de El Escorial sobre el futuro de la izquierda, aseguró que la delegación catalana en el 35 Congreso "tendrá una actitud única", aunque siempre preservando la libertad individual de voto.

Sin embrgo, aseguró que no habrá un pronunciamiento expreso del PSC sobre los candidatos puesto que esta decisión podría enrarecer el ambiente congresual y propiciar tensiones que los socialistas catalanes, en colaboración con los andaluces, están tratando de suavizar.

En este sentido, el dirigente del PSC reconoció que el eje Barcelona-Sevilla "funciona" y que tiene la tarea de tratar de sosegar el debate interno y propiciar un desarrollo sin conflictos del Congreso. Para Maragall, Andalucía y Cataluña reresentan la robustez del PSOE por sus resultados electorales y por ello tienen una responsabilidad destacada dentro del partido.

Por ello han asumido la tarea de "serenar al resto" y de tratar que el Congreso se desarrolle por cauces normales y "tratando de no poner el carro antes que los bueyes"

A su juicio, la fórmula de elección del nuevo socretario general en una sóla vuelta estimulará las alianzas entre los distintos candidatos y además obligará a los compromisarios a emitir en primera istancia un voto más "responsable" y consciente.

El candidato ganador presentaría después una Ejecutiva que deberá ser votada por el Congreso y en cuya fase de elaboración Maragall ve muchas posibilidades de acuerdo entre las distintas opciones. Descartó, sin embargo, alianzas previas al comienzo del Congreso el próximo día 21 de julio.

Según dijo, esta propuesta es "la más lógica y la más moderna" porque además estimulará el encuentro entre los distintos aspirantes.

Evitó pronunciarse ersonalmente sobre los candidatos, a los que calificó de "buena gente", aunque destacó el hecho de que José Bono ha sido muy claro a la hora de asumir las propuestas federalistas del PSC.

PROYECTO DE FUTURO

Para Maragall, lo que se decidirá en el próximo Congreso del PSOE es un proyecto de futuro y a la persona que deberá hacerlo realidad. En condiciones normales el máximo órgano del partido debería decidir ese fin de semana quien será el secretario general y también el candidato a la presidencia el Gobierno, pero no descartó que los compromisarios puedan tomar la decisión de aplazar la elección de su cartel electoral para más adelante.

Lo que sí cree necesario el líder del PSC es la celebración posterior al Congreso de una conferencia en la que los socialistas, ya sin la presión de tener que elegir a su cúpula dirigente, aclaren y detallen sus propuestas de modelo económico y social y de organización de la España plural, "frente a la insípida España de Aznar".

En cuanto a la posibiliad de que Felipe González pueda ser elegido presidente del PSOE, dijo que primero hay que consultar al interesado y en cualquier caso insistió en que el ex presidente socialista "seguirá siendo Felipe González allí donde esté y seguirá jugando un papel muy importante en el partido y en el plano internacional", gracias a su rico mundo de relaciones y a su prestigio personal y político.

En el curso del debate posterior a su conferencia, Maragall reconoció, en respuesta a la pregunta de una alumna, quelos socialistas han vivido una involución ideológica hacia el conservadurismo mientras estuvieron en el poder.

"El PSOE se volvió conservador a partir de 1988 porque creyó que había hecho bien todo lo que la derecha había hecho mal desde hacía un siglo", explicó.

Maragall relató que el PSOE modernizó el país, puso en marcha el Estado de las autonomías y propició un fuerte desarrollo económico sin darse cuenta de que la ciudadanía le reclamaba "manos Estado, más justicia, más limpieza, más humldad...". "En 1988 ya teníamos todo lo que no se había conseguido en un siglo y se nos quedó la mueca de Estado. Para cuando en los años 90 los socialistas se dieron cuentan de que había habido mucha insolencia, ya el PP había conseguido "adaptarse a los nuevos tiempos y el PSOE sufrio una amarga derrota".