Pérez Rubalcaba fue el último portavoz en intervenir en la primera ronda de exposiciones en el debate de toma en consideración del proyecto de reforma estatutario aprobado por el Parlamento vasco y defendido ante el pleno del Congreso por el "lehendakari", Juan José Ibarretxe.

Después de que el "lehendakari" pidiera a socialistas y populares que no rechacen su mano tendida, Pérez Rubalcaba le dijo que es en Euskadi donde debe tender esa mano, porque su plan es, hoy por hoy, una "imposición" a la mitad de los vascos.

El PSOE, le dijo, rechaza esta iniciativa porque entiende que no se pueden anteponer los derechos de los pueblos a los de los ciudadanos, "porque para nosotros antes que la nación está la democracia, y porque mucho antes que la identidad está la ciudadanía".

El portavoz socialista desgranó los motivos por los que su partido rechaza el plan: desborda el marco constitucional, hace "tabla rasa" del Estatuto de Gernika y es una imposición a quienes no se sienten nacionalistas.

Pese a ser presentado como una reforma estatutaria, Pérez Rubalcaba aseguró que requeriría una modificación "drástica" de la Constitución que los socialistas nunca secundarían y tampoco permitirían.

Además, alertó Rubalcaba a los vascos, la aprobación de esta reforma pondría en tela de juicio muchas prestaciones que los ciudadanos vascos reciben del Estado y de la Unión Europea, conduciría a la "autarquía" económica, y no ayudaría a resolver la violencia, porque fue apoyado por quienes la defienden y rechazado por los que la padecen.

Después de exponer estas razones, Pérez Rubalcaba aseguró que el Ejecutivo socialista aboga por dar "un paso más" en el desarrollo autonómico. Pidió por ello a los ciudadanos vascos que no vean en este rechazo "un cerrojazo a la mejora del autogobierno, una cerrazón a las reformas estatutarias".

El deseo de los socialistas, dijo, es que el proceso comience de nuevo en el Parlamento vasco para ser de todos los vascos. "En esas condiciones estaremos bien dispuestos a negociar y consensuar" lo que podría ser "un plan para la mejora de la convivencia pacífica en Euskadi" que llevara la firma de todos los demócratas.

En la parte más dura de su intervención, el portavoz socialista aseguró a Ibarretxe que no existe choque de legitimidades entre el Parlamento vasco y el Congreso, porque son dos ámbitos de legitimidad, cada Cámara tiene la suya para ejercer sus competencias.

Le aseguró, también, que los socialistas han defendido la celebración de la sesión de hoy porque no temen al debate, como tampoco temen "a nada ni a nadie, ni siquiera a los violentos, una parte de los cuales dieron su apoyo al proyecto que hoy discutimos".