Lo dijo claramente en los pasillos el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, después de la polémica por los tiempos de intervención en el debate. "Rajoy ha intentado ganar con un berrinche un debate que había perdido", sentenció.

Ese era el comentario generalizado de los socialistas tras asistir a una disputa entre Mariano Rajoy y el presidente del Congreso, Manuel Marín, en la que se metió después el portavoz popular, Eduardo Zaplana.

Todo a cuento de las quejas de Rajoy por la extensa réplica que le había dado Rodríguez Zapatero en virtud de unas normas, ya tradicionales, según las cuales el Gobierno interviene sin límite de tiempo.

En esta ocasión, los grupos parlamentarios disponían de treinta minutos para su exposición inicial, diez para la réplica y cinco para la dúplica, unas condiciones, a juicio de Marín, "incuestionablemente mejores" que las de la anterior legislatura. Pese al enfado de los dirigentes del PP por lo que consideran un trato desfavorable de la Presidencia a su grupo parlamentario, los parlamentarios de los demás grupos reconocían por los pasillos que esas normas vienen de años atrás y el PP ha sido el gran beneficiario de ello durante sus ocho años de Gobierno.

En todo caso, recuerdan que es un debate sobre las formas del debate que, en ningún caso, debe solapar los contenidos de las intervenciones.