Según explicó a Servimedia el edil socialista Ginés Meléndez, el edificio, situado en el distrito centro, fue adquirido hace unos tres años por el equipo de Gobierno socialista con el fin de destinarlo como lugar de trabajo para los grupos costumbristas del barrio de Lavapiés y Embajadores.

"Además, queríamos instalar allí un taller para la reparación y construcción de organillos, porque creíamos que esa tradición se estaba perdiendo y que tenía un perfecto eraizamiento en Lavapiés", dijo.

Otro destino que podría darse al edificio sería el traslado a él de la sede del taller de Zarzuela de la Junta Municipal de Centro, que en la actualidad desarrolla sus actividades en los bajos del auditorio del Parque de Cabestreros.

Meléndez añadió que, sin embargo, en una reciente reunión, el concejal de Cultura, Pedro Ortiz, indicó que el ayuntamiento estaba estudiando destinar el teatro como sala de ensayos para la Banda Sinfónica de la Policía Municipal, a lo ue se opone el grupo socialista.

"Nos parece que, necesitando los barrios de Lavapiés y Embajadores equipamientos, se debe buscar otro lugar para que la banda ensaye y dejar 'El Molino Rojo', tal como figuraba en la propuesta inicial, como un rincón del casticismo de la ciudad", añadió.

En opinión del Grupo Socialista, no sería coherente que se perdiera ese equipamiento del barrio, sobre todo con vistas a la capitalidad cultural de 1992.

Meléndez afirmó que en la actualidad, el edificio permnece cerrado, aunque en los presupuestos de este año estaba previsto destinar cien millones de pesetas para acometer la rehabilitación y acondicionamiento del inmueble.

"Por ello", concluyó, "pediremos al equipo de Gobierno que explique si ha abandonado este proyecto de rehabilitación y, en todo caso, a qué partida o actuación ha destinado los cien millones de pesetas".