En Ferraz, la portavoz federal del PSOE, Esther Peña, felicitó a Illa por un “resultado histórico” que ha llevado a que, “por primera vez en 40 años, el independentismo y el nacionalismo no tienen mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña”.

En el PSOE consideran que con ese resultado el mensaje “claro” que lanza el pueblo catalán es que “ha decidido abrir un tiempo nuevo” y “quieren un Gobierno de Salvador Illa” porque han dejado a una “distancia de 200.000 votos al segundo partido en liza –en referencia, sin citarlo, a Junts- y más de medio millón de votos de distancia respecto al Partido Popular”.

Así las cosas, Peña subrayó que “las políticas de Pedro Sánchez han demostrado que los socialistas estábamos en el buen camino” y que “recorrer una senda para recuperar la convivencia en Cataluña merecía la pena”.

Después de recordar que durante “todo este tiempo” los socialistas han sufrido “insultos, amenazas y ataques de todo tipo, con más de 150 sedes vandalizadas”, Peña apeló al orgullo de que “votar al PSC era la mejor decisión, que lo fue el 23 de julio y que lo es cada vez que se abre una urna para unir a los españoles y no para dividirlos”, mientras que la derecha es “inútil” y encarna “la gran fábrica de independentistas”.

A dos semanas de que empiece la campaña electoral para las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio, en Ferraz celebran que este resultado supone “un aval y un impulso muy importante” para las políticas del Ejecutivo de Sánchez para con Cataluña -indultos, amnistía, …- que tanto usa el Partido Popular para atacar a los socialistas.

De hecho, en las filas socialistas ahondan en la idea de que el PP, que sí ha estado hablando de amnistía y de estas políticas, se ha abonado a la "cuarta plaza", al quedar en la misma posición en estas elecciones que en las recientes en Euskadi.

En esta línea, los socialistas celebran que supieron leer el momento y centrar la campaña en hablar de las cosas importantes, logrando esta vez imponer un marco que ha dañado principalmente a ERC, como fuerza al frente del Govern pero también al bloque independentista. El PSC se ha pasado toda la campaña cargando contra la “década perdida” de mayorías independentistas que ha hecho que Cataluña ahora “no está preparada" para la sequía y ha perdido su fuerza económica.

Además de a la victoria del PSC, los socialistas apuntan a que la caída de ERC y de la CUP, pese a la subida de Junts y la irrupción de Aliança, conlleva que el bloque independentista no logra una mayoría por primera vez desde 1980.

Evitan hacer lectura de la subida de tres escaños de Junts liderado por Carles Puigdemont aunque durante la campaña reconocían cierto crecimiento del expresidente fugado por el momento reflexión de Sánchez y el foco nacional que adoptó la campaña.

Ahora, tras conocer el resultado de las urnas, los socialistas no quieren correr ni quemar "todas las etapas" en la misma noche sobre los futuros acuerdos para la investidura de Illa, sobre todo porque los dos principales objetivos para este 12-M se han logrado: victoria clara y que no haya una mayoría independentista alternativa para formar gobierno.

La felicidad compartida en Ferraz y en Casal Joan Reventós también se vivió en el Palacio de La Moncloa, desde donde siguió Sánchez el recuento electoral por la lectura de que la ciudadanía ha respaldado las denominada políticas para la convivencia y la normalización.