"Aunque yo sea el mascarón de proa de este proyecto", dijo, "no voy a ganar ni a perder solo las elecciones". "Las elecciones de junio, las catalanas y después las generales sólo las puede ganar o perder la mayoría social de progreso que no nos ha perdonado el uso del poder quehizo alguno de los nuestros".

A su juicio, todos esos votantes socialistas están esperando que el PSOE aporte ideas e iniciativas renovadoras que les permitan "superar la resignación" a que el PP siga gobernando.

Borrell reconoció que tras tres años de gestión del PP al frente del Ejecutivo "aún es pronto para que haya cansancio en la sociedad" a las políticas conservadoras.

Según dijo, los ciudadans no son conscientes de los efectos negativos que tendrá en el futuro la privatización de la snidad, la reforma educativa o las políticas sociales del PP, por ello el PSOE tiene que esforzarse por presentarse como "la alternativa" a los populares, no como "la alternancia".

"La gente nos reclama razones" para creer en el proyecto del afirmó Borrell, que apostó por dejar a un lado "el espectáculo de las rencillas" internas en el partido y comenzar a hablar del proyecto federal de España para el siglo XXI.

Esa propuesta significará "pacto y unión por arriba", "más libertad por abajo" y correponsabilidad de todas los territorios integrados en España.

Frente a este mensaje ilusionante que, a su juicio, deberá transmitir el Partido Socialista en el futuro, Borrell desgranó lo que ofrece el PP, "un partido zombi, muerto, sumiso", que "reduce la política a un espectáculo de luz y sonido", como demostró en su XIII Congreso celebrado el pasado fin de semana.

Este modelo de hacer política, dijo el candidato socialista, acabará haciendo que sólo "desaprensivos y oportunistas" estén interesads en la representación pública. "El PP sólo ofrece un puro decorado de cartón piedra, con mucho dinero, pero sin ninguna idea, sin ninguna sorpresa, con todo atado y bien atado".

En este sentido, Borrell advirtió que el PSOE tiene una responsabilidad irrenunciable de defender una sociedad justa e igualitaria frente a las pretensiones tanto de los liberales como de los nacionalistas.