"Las dos posiciones -congreso ordinario o extraordinario- se pueden argumentar y tienen ventajas a fvor y en contra. En todo caso, yo me inclino más por la tesis del congreso extraordinario, aunque sin convertirlo en un problema crucial o dramático. Lo que decida el Comité Federal estará bien decidido", dijo.

"Creo", agregó, "que es más razonable el congreso extraordinario porque el único objetivo del mismo sería nombrar una dirección política, que es el problema fundamental y prioritario que hoy preocupa a los militantes. Desde esa óptica me parece más razonable primero resolver eso y ya después enrar en los debates de fondo, de programas, de objetivos".