El secretario general del Grupo Parlamentario Socialista, Diego López Garrido, aseguró en rueda de prensa que el PSOE ve con cierta preocupación el escenario provocado por la aprobación del plan en el Parlamento vasco.

Sin embargo, los socialistas son partidarios de aplicar en este caso "la normalidad institucional" regida por la calma, es decir, seguir los trámites "sin pausa y sin prisa", con meditación y con diálogo.

Eso implica que los socialistas no son partidarios de "forzar la máquina" adelantando el comienzo del periodo de sesiones, como pide el PP, sino de esperar a que la Mesa se reuna y eleve la iniciativa al pleno en un orden del día ordinario.

De la misma manera, el criterio del PSOE es que la Mesa debe calificar sólo los requisitos formales del plan Ibarretxe, sin paralizar su tramitación, por entender que, de hacerlo, excedería sus funciones. "No vamos a convertir a la Mesa en un Tribunal Constitucional", afirmó.

Ese deseo de mantener ante todo la "normalidad democrática" hace que los socialistas no se hayan planteado tampoco la petición a Rodríguez Zapatero de una Conferencia de Presidentes, como ya han hecho algunas comunidades gobernadas por el PP. No se ha planteado, pero tampoco se descarta, precisó López Garrido.

López Garrido subrayó que los oponentes al "plan Ibarretxe" están "cargados de razones" para argumentar su rechazo a un plan que es claramente "innegociable", y reiteró su convencimiento de que será rechazado por el Congreso.

La democracia española, afirmó, se ha enfrentado a desafíos "mucho más graves", como el terrorismo, y ha sabido salir de ellos, como también lo hará de éste.

Pidió por ello al PP "que esté tranquilo" y que deje de lanzar cada día propuestas variadas, "algunas de ellas disparatadas", y que contribuya a mantener la necesaria serenidad.

Ibarretxe, dijo López Garrido, no es "el maremoto español que lo va a arrasar todo", y los grandes partidos no pueden dar a los ciudadanos la sensación de "dramatismo y tragedia" que está emitiendo el PP.

El Gobierno, aseguró, mantendrá el diálogo constante con el PP y con su líder, Mariano Rajoy, precisamente porque "no es momento de unilateralismo" como, en su opinión, están haciendo los populares al proponer medidas directamente ante los medios de comunicación sin dialogarlas antes.