En declaraciones a Servimedia, el portavoz socialista en la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales del Congreso, Jesús Membrado, admitió que, en un principio, el Gobierno se había marcado unos "objetivos para la reforma que luego han tenido que irse remodelando".

"Algunos asuntos ya se habían resuelto y se dejó exclusivamente para la negociación el núcleo más duro de la reforma, los problemas principales del mercado de trabajo", subrayó Membrado.

No obstante, el portavoz socialista advirtió que "nadie debe devaluar la reforma", ya que nace del acuerdo y el consenso con los empresarios y los sindicatos.

"En la historia, las reformas consensuadas han tenido efectividad y las impuestas han sido un fracaso", señaló, para después recordar que "las reformas de largo alcance han sido, en algunos casos, más perniciosas para el mercado de trabajo".

Además, destacó la "paciencia y perseverancia" del Gobierno para alcanzar el acuerdo. "Nadie daba un duro por este tema hace tres meses", aseguró Membrado, quien se mostró convencido de que la reforma será "muy positiva".