Carnero, uno de los diputados europeos que ayer se levantó de su escaño y abandonó la Eurocámara durante el discurso de Klaus, explicó a Servimedia que la intervención del presidente checo "fue lamentable, ya que en primer lugar fue un discurso contrario a los intereses del país que preside", pues "según los últimos sondeos, el 64% de los checos se manifiesta a favor del Tratado de Lisboa", en contra de la opinión de su presidente.

"El señor Klaus es, en esto de la Unión Europea, lo que los creacionistas a la teoría de la evolución" porque "no quiere atender ni a la lógica ni a la racionalidad, y ha entrado en el Parlamento Europeo a hacer campaña de los postulados que defiende la extrema derecha y el populismo de la Eurocámara", apuntó sorprendido este dirigente socialista que lleva 15 años en Europa.

"El presidente Klaus fue a provocar a la Eurocámara y a la gran mayoría de los europeos, al llamar dictadura" a la UEy compararla "con el Régimen totalitario existente en la República Checa durante el socialismo real" algo que Carnero juzgó como "un insulto verdaderamente inaceptable".

"No me extraña", continuó, "que los aplausos más cerrados los recibiera (el presidente checo) de la extrema derecha , de los populistas, o de los conservadores británicos, que por cierto están en el grupo popular de la Eurocámara, junto al Partido Popular español, lo que provocó la justa indignación de todos los que nos sentimos profundamente europeistas".

El presidente checo, Václav Klaus, criticó ayer duramente el Tratado de Lisboa y "no aclaró si lo va a firmar o no" aunque la Cámara Baja del Parlamento checo ya lo haya ratificado, y el Senado de esta república previsiblemente le dé el visto bueno en las próximas semanas, señaló.

Carnero sentenció que la "obligación" de Klaus "como presidente de la República Checa, una vez que el Parlamento de su país termine la ratificación del Tratado de Lisboa es firmarlo" y de no ser así "los checos tendrán que sacar consecuencias", si tienen su "jefe de Estado que se niega asimplemente rubricar lo que los representantes de la soberanía nacional han votado".

"Mi satisfacción es que, al menos, Klaus tuvo que aguantar ayer el himno de la Unión Europea a pie firme, después de que él haya quitado la bandera de la UE del Palacio Presidencial" checo, concluyó Carnero, como el europarlamentario que redactó el informe a partir del cual se estableció que en la Cámara suene el "Himno de la Alegría" cuando un jefe de Estado entra con el presidente del Parlamento.