Según el grupo socialista, el Ayuntamiento de Madrid fotografía y revisa los contenedores de basura amarillos que contienen residuos no reciclables y manda luego una carta a los presidentes de las comunidades de vecinos advirtiendo de que "la correcta separación de los residuos en origen es una obligación de todos los ciudadanos, conforme se estipula en las ordenanzas municipales".

El grupo municipal socialista afirma que no existe la pretendida obligación en ninguna ordenanza municipal. Para Contreras, lo que falla es la información municipal "y no las buenas o malas actuaciones individuales de los madrileños".

Por eso, Contreras pedirá explicaciones "a los responsables de esta campaña de espionaje vecinal" en la próxima comisión Permanente del Pleno del Área de Medio Ambiente.

"Son actuaciones del Gobierno municipal que no tienen ningún rigor", asegura el edil. "Por no reciclar envases no se puede sancionar a ningún ciudadano".

Contreras propone al equipo de Ruiz Gallardón que, "en lugar de acosar a los vecinos", haga fotografías a los camiones que recogen la basura y compruebe cómo mezclan los restos de todos los contenedores, "burlando la buena voluntad de los que se han molestado en separar sus residuos".

Según el Grupo Socialista, el Ayuntamiento de Madrid gasta 600.000 euros anuales en controlar la calidad del servicio de recogida de basuras, dinero que podría emplearse en comprobar que la empresa que se encarga de esa tarea lo hace bien.

El PSOE pide también que se aumente el número de contenedores de vidrio y de cartón, así como los ritmos de recogida y transporte.

Para Contreras, la responsabilidad de que el 35 por ciento de los residuos que se despositan en el cubo amarillo no sean reciclables es del Gobierno de Ruiz Gallardón.

"Si hubieran puesto en marcha campañas verdaderamente informativas en lugar de gastarse más de dos millones de euros en autobombo y propaganda, los madrileños sabrían dónde y cómo reciclar sus basuras", afirma Contreras.