En un principio, la dirección socialista barajó la posibilidad de que la intervención de Zapatero fuera más intensa, pero la certeza de que no se podrán conciliar las posturas de los tres candidatos antes del inicio de la asamblea aconsejó una presencia más discreta del líder socialista.

Con la intención de que no se pueda interpretar la presencia del secretario general del PSOE como un intento de influir en el resultado final el Congreso, Zapatero no hará acto de presencia hasta que la elección del nuevo secretario general sea un hecho y esté perfilada la nueva Ejecutiva del PSE.

Su mensaje en la clausura será, sin duda, de respaldo a la dirección electa y de firmeza en la defensa de un proyecto independiente del PSE para el País Vasco basado en la unidad democrática frente al terrorismo y en el mantenimiento del Pacto Antiterrorista.

Previamente, el presidente del PSOE, Manuel Chaves, y el secretario de Organización,José Blanco, asistirán a la sesión inaugural del Congreso de los socialistas vascos. Aún queda por decidir si asistirán otros miembros de la Ejecutiva Federal a San Sebastián.

Entre los nombres que se barajan para viajar a Donosti el próximo fin de semana están el del responsable de Libertades Públicas y Desarrollo Autonómico, Juan Fernando López Aguilar, y el del secretario de Política Municipal, Alvaro Cuesta, que además es representante del PSOE en la comisión técnica del Pacto Antiterrorista, que iene previsto reunirse de nuevo en Madrid al día siguiente de la conclusión del Congreso del PSE.

Durante los últimos días, Blanco, en nombre de la Ejecutiva Federal, ha tanteado a las distintas familias socialistas vascas para ver qué posibilidades existían de llegar al Congreso con un solo candidato.

De hecho se barajó la posibilidad de celebrar una reunión entre Carlos Totorika, Patxi López y Gemma Zabaleta, los tres que optan a la Secretaría General, que finalmente no se convocó ante la negatva previa de todos ellos a negociar su posible retirada antes del inicio del cónclave congresual.

Con este escenario, la Ejecutiva Federal tratará de mantenerse al margen de las luchas internas del PSE y no mostrar preferencias por alguna de las tres candidaturas, preservando así las futuras relaciones entre la dirección que salga elegida del Congreso y la dirección del PSOE.