Blanco recordó en Radio Nacional que aquel acuerdo "sigue vigente", pero era sólo contra ETA y sus aliados, no contra los nacionalistas.

El dirigente socialista juzgó por ello "irrespetuosas e irresponsables" las valoraciones de Mayor Oeja sobre la situación de los socialistas de Euskadi, y le recordó que la dirección del PSOE no se pronuncia, por ejemplo, sobre el proceso de sucesión de Aznar.

Los socialistas vascos, insistió Blanco, "tienen que reafirmar su proyecto autónomo. No necesitan muletas del PP ni del PNV, tenemos que tener capacidad de definir un proyecto mayoritario para la sociedad vasca como garante de la Constitución, del Estatuto de Autonomía y de la convivencia democrática en Euskadi".

Blanco expresó además surespeto por la figura del ex secretario general de UGT Nicolás Redondo Urbieta y por su aportación histórica al socialismo, por lo que eludió valorar sus críticas hacia la actual dirección del PSOE. Se limitó a recordar que su hijo, el ex secretario general de los socialistas vascos, forma parte de esa dirección por expreso deseo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Respecto a los temores de acercamiento hacia el PNV expresados por Rosa Díez, Blanco recordó que ella fue consejera de un Gobierno nacionalisa. "Lo mínimo que debe tener la gente es coherencia, personal y política", dijo.

A juicio de la dirección federal del PSOE, los socialistas vascos deben ser capaces de compatibilizar "un proyecto propio de identificación con el País Vasco" y las reglas de juego recogidas en la Constitución y el Estatuto.

Blanco se mostró convencido de que, igual que ocurrió en el 35 Congreso Federal con la elección de Rodríguez Zapatero tras la dimisión de Almunia, los socialistas vascos saldrán fortalecidos trasla renuncia de Nicolás Redondo Terreros y el debate suscitado.