PSE. ASI PREPARO GUERRA SU DESEMBARCO EN EL 33 CONGRESO
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Alfonso Guerra, reelegido ayer vicesecretario general del PSOE, ha logrado el objetivo de aparecer tras el 33 Congreso como el vencedor, a pesar de haber perdido la mayoría en la Ejecutiva.
Desde que hace seis meses comenzó a preparar el Congreso pretendió que su integración en una candidatura de consenso con Felipe González a la cabeza no pudiera ser interpretada como una concesión, sino como un acuerdo político n términos de poder real.
En octubre del pasado año Alfonso Guerra no tenía clara su presencia en la nueva Ejecutiva socialista, pero se dispuso a preparar el 33 Congreso en profundidad, como había hecho en otras ocasiones. Quería obtener buenas bazas de negociación, demostrando en la elección de delegados el calibre de su fuerza.
Su gente se puso a trabajar en cada agrupación para intentar repescar a antiguos militantes y a quienes conservaban el carné pero habían abandonado al práctica política El denominador común de todos ellos era su concepción tradicional del PSOE como partido de izquierdas y comprometido con la lucha por la igualdad social. En sus esquemas, quienes ingresaron en el partido después de su llegada al poder, en 1982, son advenedizos.
Muchos de estos militantes fueron críticos en su tiempo con la gestión de Alfonso Guerra y con su férreo control del partido, pero los 'guerristas' lograron convencerles de que era el único hombre que puede conservar las esencias del socialism.
DECEPCION
Un día después del Congreso algunas de estas personas se sienten defraudadas al comprobar que 'renovadores' y 'guerristas' han apoyado como un solo hombre la política económica del Gobierno y la reforma laboral a la que muchos de ellos se oponían.
"El 33 Congreso ha quedado reducido a una lucha por el poder sin cuestionar en absoluto la línea de la política dictada por el Gobierno", aseguraron a Servimedia algunos de estos veteranos militantes.
La crítica a la política monetarita, la defensa a ultranza del Estado de bienestar, el respeto al papel protagonista del partido en la definición de la estrategia del Gobierno y una cierta disciplina interna en la organización son argumentos que defendieron los 'guerristas' en el proceso precongresual y que tras el 33 Congreso han quedado devaluados.
Los apoyos conseguidos desde octubre del pasado año dieron sus frutos y aunque, como en Murcia, perdieron la mayoría por sólo dos votos en la elección de delegados, quedó claro que su furza en el partido excedía con creces el número de representantes conseguidos.
La otra baza de Guerra para negociar desde posiciones de fuerza fue la incertidumbre creada intencionadamente sobre su aceptación y la de los suyos a continuar en la dirección del partido.
Algunos de sus colaboradores manifestaron a Servimedia que en varias ocasiones el 'número dos' se planteó si sería "más responsable quedarse o irse de la Ejecutiva", pero desde las filas 'renovadoras' esta indecisión se interpretó com una forma más de presionar a González para alcanzar un buen acuerdo.
Poco a poco, el 33 Congreso del PSOE se dio cuenta de que el discurso de Guerra distaba mucho de estar "reducido a escombros", como dijo el presidente madrileño, el 'renovador' Joaquín Leguina, en el período precongresual. Sobre todo al constatar que los 'guerristas' no tenían intención de presentar, en ningún caso, una lista alternativa a la de González.
La decisión se reducía, por tanto, a saber si los 'guerristas' iban a estr en la Ejecutiva o no, lo que es lo mismo que decir si habría ruptura en el PSOE. Guerra pretendía endosar la responsabiidad de la fractura a los 'renovadores' y así presionar con más fuerza para conseguir un acuerdo favorable a sus posiciones.
Guerra tenía asumido que para que su grupo funcionara como una piña la decisión final no podía depender sólo de él. Por ello algunos 'guerristas' dijeron a Servimedia que la continuidad del 'número dos' no dependía sólo de él, sino del conjunto de sus colaboraores.
En la noche del sábado al domingo, cuando aparecer como incondicional del vicesecretario general podía tener consecuencias negativas, Francisco Fernández Marugán dijo a Servimedia: "Yo soy guerrista", lo que dejaba patente la unidad del grupo.
(SERVIMEDIA)
21 Mar 1994
SGR