La reacción de Greenpeace España se produce tras la explosión de la tercera bomba atómica desde que Francia decidiera reaudar los ensayos nucleares en los atolones de Mururoa y Fangataufa. La explosión efectuada ayer en Mururoa tuvo una potencia inferior a los 60 kilotones y constituye el tercer ensayo de los seis que el presidente galo, Jacques Chirac, ha anunciado que realizará.

Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace España, declaró hoy a Servimedia que este nuevo ensayo "debe provocar, una vez más, la reacción de toda la comunidad internacional contra este tipo de actividad, al igual que ocurrió con las dos explosionesanteriores".

Según Bravo, con su actitud el Ejecutivo francés está poniendo en peligro las iniciativas internacionales para conseguir el desarme nuclear y, por el contrario, "está relanzando, junto a China (además de Francia, único país que mantiene las pruebas nucleares), la carrera armamentística".

Asimismo, aseguró que la organización ecologista seguirá realizando acciones de presión en todos los países. En España, Greenpeace mantiene la convocatoria de concentraciones ante la embajada y los cnsulados franceses y los apagones de luz el día siguiente a las explosiones.

Sin embargo, la capacidad de Greenpeace Internacional para dificultar la ejecución de los ensayos nucleares en el Pacífico Sur ha quedado muy mermada tras el desmantelamiento y apresamiento de la "flota de la paz" por parte del Ejército francés.

Entre los barcos ecologistas detenidos por las autoridades galas durante los últimos dos meses están el "Rainbow Warrior II", el "MV Greenpeace", "La Ribaude", el "Vega", el "Kid" y el "Manutea", a los que hay que añadir un helicóptero, más de 20 zodiacs, 7 kayaks, 4 canoas y alrededor de un centenar de miembros de la organización.