Según Tarquis, "la penetración vaginal con los dedos es igual de vejatoria que con cualquier otro objeto", por lo que considera que la no equiparación de estos casos a la violación "perpetúa valores machistas que deben ser ajenos a nuestra sociedad".

La Ferede e une así a las críticas vertidas contra las sentencias del Tribunal Supremo que rebajan las penas a condenados por agresiones sexuales que utilizaron los dedos, por entender los jueces que la penetración vaginal es de esta forma menos vejatoria.

Para Pedro Tarquis, esta interpretación convierte a la mujer agredida en un mero objeto legal y da al agresor un trato preferente, "en función de una banalidad como el medio usado para la penetración vaginal o violación".

Asimismo, mantiene que "esta intrpretación humilla y degrada a la figura de la mujer, a la que se impone si el tipo de vejación sufrida es mayor o menor en base a conceptos que en nada la tienen en cuenta en su experiencia, sentimientos y valor como persona".

El portavoz de la Ferede concluye que las leyes que amparan estas sentencias contribuyen a que la mujer "esté socialmente minusvalorada y reducida a ser una figura que depende del hombre en la valoración de lo que ella sufre".