A su juicio, "resulta doloroso que habiendo participado oficialmente la Casa Real en ceremonias católicas, judías y musulmanas, nunca lo haya hecho en algúnacto evalgélico, o protestante, discriminando de esta forma a los 300.000 españoles evangélicos (cualitativa y legalmente equiparados en España a las tres religiones mencionadas) que por otra parte respetamos, valoramos y honramos a nuestro monarca y a la Casa Real española".

La Alianza Evangélica señaló que el culto al "supuesto apóstol Santiago" supone perpetuar una leyenda contraria a la evidencia histórica y documental de que Santiago no estuvo nunca en España, "ni vivo ni muerto". Mantienen que s práctica es "la victoria de una tradición falsa y de lo folklórico sobre la verdad racional, lo que coloca a este fenómeno cultural español en la época premoderna".

Asimismo, opinan que la solicitud del delegado regio, Darío Villanueva, al apostol Santiago para que interceda por el país, "es la inclusión a la fuerza de aquellos que no somos católicos en un credo que respetamos, pero que nos es totalmente ajeno; ignorando la aconfesionalidad del Estado y la pluralidad religiosa de nuestro país".

ñaden que no debe entenderse su postura como una oposición a la cultura y al pueblo gallego, sin que ello "esté reñido con la defensa de la verdad y la justicia".