Así lo precisaron este jueves el ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón; el comisario europeo de Justicia y Consumo, Didier Reynders, y el presidente de dicho foro, Alejandro Pérez, durante el acto de apertura de un evento que aspira a “reforzar” las relaciones y la “cooperación” entre los países participantes y mejorar el “abordaje” de los “retos” que afrontan en materia de protección al consumidor.

En el transcurso de su intervención, el comisario europeo de Justicia y Consumo urgió a los países participantes a “trabajar juntos para reforzar los intereses comunes y hacer frente a los retos internacionales”, entre los que citó la transición verde y digital, que, a su entender, “no va a ir desacelerando, sino todo lo contrario, cada vez va a ir más rápido”.

En este punto, subrayó que el aumento del comercio ‘online’ “refuerza la competencia, pero también plantea riesgos”, convencido de que “cada vez es más difícil garantizar la compra de productos seguros para el consumidor” y de la necesidad de “protegerle ” de los “riesgos que provienen de distintas partes del mundo”, como China, así como de “prácticas desleales” como la utilización “no apropiada” de datos personales o la publicidad oculta y de afrontar juntos los “retos” de la inteligencia artificial o de la publicidad de los ‘influencers’ en redes sociales.

Tras juzgar “crucial” que los consumidores “se enfrenten a los mismos retos estén donde estén en un mercado ‘online’ cada vez más internacional, sin fronteras y sin barreras”, llamó a “reforzar el papel de las agencias de protección al consumidor”. “La seguridad del consumidor es fundamental y hay que tener en cuenta a los países productores, por ejemplo China, y tener en cuenta que los productos que venden sean seguros, porque tenemos que protegernos contra estos productos que no son seguros y que proceden de China”, insistió.

“Cuando analizamos el comercio con China, nos hemos encontrado muchos productos que no son seguros y esto representa un verdadero riesgo, sobre todo cuando son juguetes o productos para niños”, apostilló, convencido de que se trata de “un aspecto en el que podemos progresar mucho” y de la necesidad de “hacer un seguimiento de los productos que provienen de China y garantizar que sean seguros”.

“Es muy beneficioso para todos unir fuerzas, porque juntos somos más fuertes y podemos garantizar una mejor protección de los consumidores”, resolvió, para señalar que “todos” los países “pueden aprender los unos de los otros y conseguir más juntos” y llamar a “identificar los problemas comunes para encontrar nuevas soluciones”.

Por su parte, el ministro de Consumo en funciones quiso “hacer hincapié” en las “dimensiones” en las que el Gobierno de coalición ha “trabajado en profundidad” como “prioridades” a lo largo de esta legislatura, como es la articulación de la figura del “consumidor vulnerable” y de aquel que se encuentra “en situación de mayor desamparo ante las realidades del mercado” lo que, a su juicio, “obliga a los países a estar muy atentos para que el consumo sea lo más equitativo y accesible posible”.

GLOBALIZACIÓN

Junto a ello, urgió a “ser conscientes” de que la globalización “nos ha acercado más en nuestras realidades cotidianas y nos ha hecho más parecidos a los diferentes países en América Latina, también en Europa, y también nos ha hecho compartir los retos, dificultades y obstáculos que tienen que ver con derechos de protección del consumo”.

En este punto, consideró que el ámbito digital es aquel en el que hay “mayor desamparo y desprotección en el consumo”, al entender que las nuevas tecnologías y las nuevas formas de producción y de venta “suelen ser más dinámicas y más rápidas que las formas de regulación”. “Esto nos obliga como reguladores a estar muy atentos a estas innovaciones tecnológicas para ser capaces de frenar toda pulsión que pudiera existir para cometer fraudes por parte de las empresas frente a los consumidores”, agregó, convencido de que los países integrantes del foro “comparten muchos de estos retos”.

En paralelo, hizo mención a los “retos ecológicos” y la “crisis ecosocial” a la que, a su entender, se enfrenta un planeta “amenazado por un modelo de producción y consumo muy determinado y sobre el que las cuestiones de consumo tienen mucho que decir”. “Tenemos gran recorrido que hacer por el lado de la demanda y del consumo”, agregó, consciente de que los consumidores “tienen capacidad de mover las dinámicas del sistema precisamente cambiando sus hábitos de consumo”.

Por último, el presidente del foro, Alejandro Pérez, explicó que el evento se centrará, entre otras cuestiones, en analizar “cómo ejecutar las políticas que cada país va generando, incluso que los bloques van generando, cuando las infracciones o las políticas comerciales vienen de países que están fuera de nuestro territorio”, especialmente en el área del comercio electrónico.

“Eso es un problema que tenemos constantemente, porque la velocidad de la globalización en el comercio electrónico está muy por arriba de la velocidad de ejecución de las decisiones que tomamos cada uno”, reconoció, para indicar que el foro es “una excelente oportunidad para discutir con la Unión Europea y con los países de Europa, además de los de América, sobre cómo avanzar en esto”, además de en la resolución de los “grandes problemas” que plantean las redes sociales.