Las peticionarias señalan que es habitual que los negocios que se ven afectados por los rodajes cinematográficos en la calle sean compensados por las productoras, pero que no ocurre así con las prostitutas ni con los mendigos de Downtown Eastside, una zona de Vancouver que se ha convertido en escenario preferido de películas de cine y televisión.

La carta de las prostitutas, dirigida a treinta productoras, sñala que "las trabajadoras del sexo deben ser compensadas por el desplazamiento que experimentan" como consecuencia de los rodajes, y añaden que lo mismo cabe decir de los mendigos que deben cambiar de puente o incluso de los drogadictos que han de buscarse otro parque distinto al habitual.