Hasta ahora, ejercían su trabajo en los bares de alterne ubicados en el centro histórico de la capital aragonesa. El cierre de nueve establecimientos ha llevado a muchas de ellas a la desesperación y el convencimiento de que, a partir de ahora, deberán ganarse la vida en la calle. Esta medida gubernativa no ha afectado sólo a las prostitutas, sino también a los propietarios de los establecimientos.

Vicenta Serrano, camarera de uno d estos locales, asegura que "no es legal que lo cierren. 12 años y ni un escándalo ni nada. Yo siempre, si ha habido mujeres, les digo 'ir lo más discretas posible, no chillar, no esto, todo bien'; por lo menos un poco de ética, lo que les falta a estos señores, la ética; no tienen ética, no tienen nada".

La Delegación del Gobierno, por su parte, alega que los locales han sido cerrados por carecer de licencias para ofrecer espectáculos. Sin embargo, los propietarios de los bares clausurados aseguran tner todos los papeles en orden: "No dicen motivos, solamente que nos han cerrado y nos han dejado en la calle; a mi familia y a muchísima gente, a los que friegan, a los que ayudan... a todo el mundo han dejado en la calle. Y no ha habido nunca escándalos, ni drogas, ni menores, ni nada de nada", señalan.