En opinión de los congresistas, el tratamiento morboso del problema de los maltratos infantiles, a veces sin que exista conciencia de ello, vulnera los derechos fundamentales de la infancia y sus efectos pueden ser tan traumáticos como los malos tratos que generaron la noticia.

Esta consideración ha llevado a la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil a poner en marcha una campaña de sensibilización en los medios de comunicaión sobre los maltratos a la infancia.

Asimismo, han solicitado a los medios de comunicación un compromiso sobre el tratamiento de temas relacionados con la infancia, que implicaría tres aspectos fundamentales:

-El respeto a los derechos de los menores recogidos en los tratados internacionales y en las disposiciones legales nacionales y autonómicas, aun cuando los padres o tutores autoricen la difusión de noticias que vayan contra el contenido de los mismos.

-Mantener el anonimato de cualquir menor objeto o causante de maltratos, abuso sexual o desamparo, ya que su publicidad puede producir alteraciones psicológicas, emocionales o afectivas.

-Respetar el derecho de intimidad, omitiendo las imágenes de menores afectados por malos tratos y evitando declaraciones o entrevistas radiofónicas con los mismos.

Con la asistencia de alrededor de 400 participantes y casi 70 profesionales de áreas diversas, distribuidos en 18 mesas de trabajo, se cumple hoy el tercer día del III Congreso Estata sobre Infancia Maltratada, que se celebra en la sede central de Cruz Roja.

Los malos tratos físicos a menores en España disminuyen, mientras que aumentan las agresiones de tipo psicológico. La violencia hacia los menores se da en todas las clases sociales, aunque es más fácil detectarla en los grupos con factores de mayor riesgo, como pueden ser los pobres y los minusválidos. Estas son algunas de las reflexiones debatidas en el tercer Congreso sobre Infancia Maltratada.

Actualmente, el 15 por cinto de la población adulta española reconoce haber sufrido algún tipo de abuso sexual en su infancia, en un 85 por ciento de los casos en la familia.