LOS PROPETARIOS DE "ALCALA 20" ASEGURAN QUE MUCHOS CLIENTES PREFIRIERON TERMINAR SUS CONSUMICIONES ANTES DE HUIR

MADRID
SERVIMEDIA

Doroteo Martín, uno de los cinco propietarios de "Alcalá 20" que se encontraba en la sala la noche del incendio que acabó con la vida de 81 personas, aseguró hoy que muchos clientes prefirieron terminar sus consumiciones a pesar de que los camareros les avisaron de la existencia del fuego en el escenario.

Según el testimonio que el procesado ofreció ante el tribuna, transcurrieron entre 15 y 20 minutos desde que vio las primeras llamas hasta que se apagaron las luces. Durante ese tiempo, estuvo ayudando a otro de los propietarios, Pedro Rascón, a intentar sofocar las llamas y, aunque la orden de desalojo se dio de forma inmediata, "hubo gente que aplaudió y decían: 'yo me termino mi cubata'".

Las declaraciones de Martín estuvieron salpicadas de imprecisiones e incluso llegó a contradecir las versiones anteriores ofrecidas durante la instrucción del sumario. Al gual que otro de los copropietarios del local, Carlos José Mendoza, eludió cualquier responsabilidad en la administración de la discoteca, de la que, según sus palabras, Juan Antonio Iglesias (el principal acusado que no comparece por una grave enfermedad) era "dueño y señor".

Martín, propietario junto a Iglesias de otro local nocturno, repitió hasta la saciedad que nunca supo nada sobre la gestión de "Alcalá 20", sobre la reforma del local y, mucho menos, sobre licencias de obra, la instalación eléctica o los materiales utilizados en la decoración.

Su ignorancia al respecto era tal que, aunque los socios acordaron turnarse como lo que el denominó director de sala, nunca llegó a saber en qué consistía exactamente esa labor, pese a dedicarse al negocio de la hostelería, porque "no soy un profesional de las discotecas".

Para Doroteo Martín, "Alcalá 20" era "una sala de prestigio" y no tenía por qué sospechar que algo funcionara mal, porque Iglesias, en el que dijo confiar plenamente, le enseñó lgunos documentos referentes a revisiones anuales que eran "correctas" y le aseguró que la instalación eléctrica era "modélica", aunque el fiscal sostiene que no guardaba las correspondientes normas de seguridad.

En su relato ante la sala, el procesado comentó que los empleados hicieron todo lo posible por facilitar el desalojo del local, mientras que él logró salir "de forma regular" junto a otros muchos clientes sin que la luz se apagara hasta que se encontraba "a dos peldaños" de la calle.

Unode los abogados de la acusación hizo leer a la secretaria judicial la versión que ofreció en el juzgado de instrucción. En esta declaración, dijo que las luces se habían apagado de inmediato, encendiéndose las luces de ambiente, que se apagaron también cuando se encontraba a la altura del guardarropa, por lo que tuvo que subir la escalera agachado y agarrado al posamanos.

Martín reiteró sin embargo que las luces se mantuvieron encendidas y que sólo el denso humo, del que iba huyendo, le impedía ver. El interrogatorio fue interrumpido hasta mañana, día en que se reanudará la sesión con las preguntas de varias acusaciones particulares y los abogados defensores.

(SERVIMEDIA)
06 Oct 1993
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