EL PROGRAMA DE LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR ATENDIÓ EN 2007 A 790 PERSONAS EN CASTILLA-LA MANCHA
- El Gobierno regional destina casi 600.000 euros a esta iniciativa
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El programa de lucha contra la Violencia Familiar, cuyo objetivo es eliminar la violencia intergeneracional que se da en el entorno familiar, y que desarrolla la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, atendió, durante el pasado año, a 790 personas en las cinco provincias.
Según informa la Consejería, este programa de ámbito regional tiene como finalidad conocer la situación concreta de la familia donde se produce la violencia, las causas que están generando el o los conflictos, y actuar para erradicar la situación, realizando después un seguimiento activo de la familia tratada para valorar los cambios conseguidos.
El titular de dicha Consejería, Tomás Mañas, ha destacado "la necesidad de atajar y eliminar la violencia que se da en el seno familiar, que no hay que confundir con la violencia doméstica del hombre contra la mujer, y que se ejerce de hijos a padres, de padres a hijos y en la que se implica cualquier miembro de la familia".
A través de este programa, que se lleva a cabo a través de un convenio de colaboración con la entidad Amformad, se realizan labores de orientación e información cuando existen conflictos entre los diferentes miembros de la familia, llegando a intervenir directamente cuando se detectan los casos de violencia familiar.
Los equipos están compuestos por psicólogos y educadores, y su labor es actuar en el conjunto del núcleo familiar, incluyendo los padres, hijos, abuelos, nietos y aquellos otros familiares que integren la unidad objeto de atención.
Para hacer posible el desarrollo de este programa, que fue puesto en marcha por este departamento en el año 2000, durante el presente año se destinan cerca de 600.000 euros.
El método de trabajo que llevan a cabo los equipos de intervención en situación de violencia familiar comienza con una entrevista individual con cada uno de los miembros de la familia, para conocer su estado actual, seguido de sesiones individuales con el fin de aportar vías de solución a los conflictos existentes.
Posteriormente, estas sesiones se abren a toda la familia, realizando una terapia grupal con la unidad familiar en la que se analizan las causas del conflicto y las soluciones a tomar, realizando, por último, un seguimiento activo de la familia para valorar los cambios obtenidos.
(SERVIMEDIA)
24 Mayo 2008
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