Según declaró Ramírez a Servimedia, los niños deben permanecer en el centro de ocho de la mañana a dos de la tarde, pero puesto que el Ministerio de Educación y Ciencia plantea la posibilidad de que los escolares no den clase mientras sus compañeros estudian Religión, será responsabilidad de los padres decidir si sus hijos van a quedarse esa hora en el centro, o van a "desaprovechar el tiempo" y marcharse a casa.

Por otro lado, Ramírez insistió en que la triple opción del ministerio no es, a su juicio, la más adecuada. "En un Estado aconfesional, no debe haber ninguna asignatura confesional".

Feper propone una asignatura estrictamente cultural, obligatoria y común para todos los alumnos.

"Nos sorprende la complicidad del actual Gobierno socialista con la jerarquía católica", al acceder a impartir Religión concluyó.