El objetivo de esta convocatoria es que la Comunidad de Madrid vuelva a las 18 horas lectivas en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) desde las 20 actuales y a las 23 horas en Educación Primaria desde las 25 del presente.

Los sindicatos exigen “la vuelta al escenario anterior a la crisis económica de 2011, cuando el profesorado tenía menos alumnado a cargo y más tiempo para preparar actividades dentro de la escuela”, según explicaron, y añadieron que el profesorado madrileño trabaja 37,5 horas. Siete horas y media son de trabajo en su hogar y 30 horas son en el centro: 25 lectivas en Primaria y 20 en Secundaria.

Actualmente, solo Madrid y Galicia continúan con el aumento de horas lectivas que se fijó en 2011 de manera generalizada en todas las comunidades, y en septiembre 2024, solo continuará Madrid porque en Galicia ya alcanzó un acuerdo para reducir las horas, según trasladaron desde los sindicatos.

Asimismo, aseguraron que “la Consejería se enrocó en un acuerdo que priva a la mitad de la plantilla de la reducción de horario”. Además, las entidades convocantes esgrimen otros motivos como la “necesaria” bajada de ratios, que se reduzca la carga burocrática del cuerpo docente, que el poder adquisitivo sea equiparado a las condiciones de vida, que se creen mejores infraestructuras o que se ponga fin a la segregación. “Estas reivindicaciones no son sólo laborales para nosotros, sino que tienen un profundo impacto en la calidad de la enseñanza”, señalaron.

Los servicios mínimos fijados para los días de esta huelga obligan a la existencia de un maestro por cada 50 alumnos en colegios y un profesional por cada 90 alumnos de ESO y Formación Profesional básica. En ambos casos se añade un profesor más por cada 25 alumnos con necesidades especiales, según lo fijado en la Sede Oficial del Boletín de la Comunidad de Madrid (BOCM). Los sindicatos denunciaron estos servicios mínimos porque los consideran “abusivos” y dicen que atentan contra el derecho de huelga de los trabajadores y mostraron a la Consejería su posición “inflexible y autoritaria” ante la negociación.