Doll-Tepper apreció que aún existe un porcentaje muy elevado de minusválidos que no realizan práctica deportiva alguna, y que la mejor forma de introducirlos en la educación física sería el aprendizaje desde la infancia, sin ser sujetos a ningún tipo de trato discriminatorio.

La especialista germana destacó las diversas motivaciones que puede encontrar en el deporte el discapacitado, que puede atender tanto a aspectos terapéuticos y recreativos como al espíritu de la competición.

En oro orden de cosas, Gudrun Doll-Tepper no dudÓ en dar plena calificación olímpica a los atletas discapacitados, que buscan en el éxito deportivo un reconocimiento social más trascendente que el laurel que recibe por sus victorias el atleta sin minusvalías.