Los hechos, que han sido denunciados ante el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, se produjeron el pasado lunes por la mañana, cuando los dos agentes se apostaron en un jardín de la barriada Alegría de la Huerta para tratar de arrestar a un sospechoso de haber cometido varios robos en distintos comercios de la zona.

En aquel jardín público se encontraba el niño Antonio Orellana, que decidió hcer 'novillos' en la primera clase del día. Los agentes, según la versión del denunciante, se le acercaron identificándose verbalmente y requiriendo los datos de filiación.

"Me preguntaron mi nombre y dónde vivía, y yo les pedí la placa, pero me dijeron que no la llevaban encima porque era muy temprano. Entonces me dijeron que les acompañara y como me negué me metieron en un cuartillo", explicó el menor.

Ese cuartillo al que se refiere el adolescente en su versión de los hechos es una carpinteríaque supuestamente es propiedad de uno de los agentes de policía.

"Pensé que aquello era un secuestro, y como me dio miedo eché a correr para escaparme. Entonces me alcanzaron en la calle y comenzaron a pegarme, sin que la gente que pasaba por allí dijera nada". El niño asegura que una vez dentro de la carpintería fue golpeado con un martillo de hierro.

Los policías trasladaron después al joven a la comisaría, donde tras comprobar su error le pusieron en libertad, después de limpiarle el rastro desangre. Con posterioridad lo condujeron hasta su domicilio, donde aseguraron a la madre, Francisca Navarro, "que no me lo habían tocado".

La familia dispone de un parte de lesiones emitido por los servicios de urgencia del Hospital Civil Provincial en el que se reconoce la existencia de malos tratos al niño.

Horas después del suceso, el padre del niño presuntamente golpeado, Antonio Orellana García, un pescador de 40 años, fue en busca del policía propietario de la carpintería, "para decirle que o le pegaran a mi hijo, que si eran hombres que le pegaran a él", produciéndose un enfrentamiento entre ambos. El padre resultó detenido y desde esa noche, por orden judicial, permanece recluido en la Prisión Provincial de Alhaurín de la Torre.

Según el presidente de Prodeni, José Luis Calvo, a la asociación han llegado en los últimos meses varias denuncias de malos tratos a niños por parte de policías adscritos a la comisaría del populoso barrio malagueño de La Palmilla. Estas supuestas agresiones seprodujeron durante registros domiciliarios en búsqueda de drogas.

"Esta situación hay que atajarla de raíz antes que se nos escape el fenómeno y nos encontremos con una situación tipo Brasil, porque si empezamos con palizas a los críos, más tarde puede haber desaparecidos y asesinados por parte de la misma policía", dijo José Luis Calvo.

Prodeni ha hecho un llamamiento a los testigos de la paliza para que se personen en la causa. "Los testigos que vieron el suceso se han desentendido. Ni sabían s eran policías", dijo el presidente de la asociación.