Así lo expuso en una entrevista en Servimedia esta mujer de 29 años nacida en los campos de refugiados de Tinduf y a quien Más Madrid ha incluido como su primera cuota de partido en la lista de Sumar, por delante del mismísimo Íñigo Errejón.

Por tanto, es muy probable que Sidi, tras no poder entrar en la Asamblea de Madrid por problemas con su empadronamiento, se convierta en la primera diputada saharaui de la democracia.

Considera que la apuesta de Más Madrid por ella significa “recordarle tanto a Pedro Sánchez como a esos giros que hacemos en política internacional, que el pueblo saharaui sigue estando presente, que va a llegar a las instituciones y que tiene voz propia”. Señaló que “hasta ahora siempre, obviamente, han hablado por nosotros desde las instituciones”, por lo que piensa que “una voz migrante, saharaui, refugiada, puede aportar muchísimo a ese debate, a que esas políticas tengan muchísima más empatía”.

Y no sólo eso, sino que el hecho de que la educara una familia de acogida en Alicante es para ella “un claro reflejo de cómo la sociedad civil española ha sido el tejido que ha apoyado al pueblo saharaui en estos 50 años” y su caso particular “un logro colectivo”, de su familia de acogida y de “todas las organizaciones de la sociedad civil española que han tejido durante 50 años” porque “traer a un niño saharaui en verano", como fue su caso, "es el mejor embajador de la causa saharaui”.

“Yo soy el resultado de ese trabajo de no resignarse, de resiliencia entre dos pueblos para demostrar que la política se puede también hacer desde la base”, comentó.

Ingeniera informática de profesión, afirma estar “obsesionada con toda la parte de digitalización, de innovación de hacer políticas digitales y, sobre todo, de transformación cultural digital” para promover el espíritu que impregna a Sumar.

Por eso, apunta que su cometido en el Congreso de los Diputados podría acotarse en esta materia o también utilizar sus contactos para “todas las políticas que tengan que ver con derechos humanos, con pueblos oprimidos como es el Sahara Occidental o como Palestina”. “Son dos cosas que me apasionan y espero que pueda hacerlas y voy a batallar para aportar mi punto de vista y empujar por ellas”, anunció.

Sidi se siente con “cierta legitimidad para seguir hablando de ello porque lo he vivido” y atestigua que “la vida de los y las saharauis ahora mismo en los campos de refugiados es muy grave”, viviendo de la ayuda humanitaria.

Ella vivió “una infancia que no se puede romantizar, una infancia por falta de responsabilidad y que ahora se agrava cada día más”, con una economía sumergida que, con la crisis de suministros derivada de la guerra de Ucrania, dispara los precios. Algunos hijos acogidos en España pueden ayudar a sus familias biológicas, pero otras no los tienen. “Están pasándolo muy mal, muy mal; de hecho, los niveles de desnutrición de anemia, son gravísimos”.

De cara al futuro, la activista saharaui asegura que ella hará política toda su vida, pero que la institucional sí es transitoria. “Ocuparemos espacios en la política institucional unos años y que luego daremos relevo. Yo pondré un ladrillo, pero ojalá veamos más saharauis cada vez, más más personas migrantes ocupando las instituciones. Y sí, para eso yo tengo que ponerme a un lado para hacer política o incluso enseñar lo que he aprendido en política. Lo haré encantada, pero política haré toda la vida”, precisó.