"El sector financiero compra bueno, bonito y barato, con total desinterés sobre su compromiso industrial y los propietarios de las empresas. Mientrs tanto, el conjunto de la sociedad española va perdiendo instrumentos para mejorar su situación a corto y medio plazo de forma permanente", añadió.

En su opinión, la venta generalizada de las empresas públicas alterará la futura estructura productiva española, "que será dictada por las grandes transnacionales y por su política de localización".

A su juicio, este proceso se enmarca en la posición del resto de países desarrollados, que están siguiendo los criterios de la OCDE, "consistentes en llear a cabo una guerra contra el Estado del Bienestar".

Según sus cálculos, en los dos próximos años la venta de empresas públicas superará en los países desarrollados los 7.800 millones de pesetas, y se avanzará en la desregularización laboral.

Frente a esto, Jové dijo que los sindicatos y partidos de izquierda se encuentran con el reto de explicar que lo que sucede en su país no es algo excepcional, sino que es un proceso que está pasando en todos los países desarrollados.