Las nuevas plantas se ubicarían en las localidades de Hull, Immingham y posiblemente en la localidad de Drax, donde actualmente se encuentra la planta electrotérmica de carbón de la compañía, y tendrían capacidad para generar 900 megavatios de electricidad, el equivalente al 3% de las necesidades del país.

La empresa ha anunciado que cuenta con el apoyo de sus accionistas para que la financiación proceda de una parte de los dividendos que preveía repartir.

"Es una gran oportunidad para Drax de desarrollar su negocio y crear valor para los accionistas, al mismo tiempo que diversificamos el uso de combustibles y reducimos las emisiones de CO2", aseguró Dorothy Thompson, presidenta de la compañía, con motivo del anuncio de este proyecto.

Siemens de Alemania participará con un 40% en el proyecto, aportando la tecnología de turbinas, mientras Drax aportará el 60%, será la propietaria y se encargará de construir y gestionar las nuevas instalaciones, que deberían estar funcionando en 2014.

Greenpeace ha advertido que para que esta planta contribuya a la reducción de emisiones de CO2 deberá garantizar que la biomasa vegetal procede de fuentes sostenibles, y que se aprovecha al máximo el calor residual generado, ya que de lo contrario la empresa podría incrementar en vez de reducir su huella de carbono.