El botánico David Bellamy, destacada figura del movimiento para la protección del medioambiente en el Reino Unido, subrayó en este acto que estos espacios son "islas de esperanza" para la fauna y la flora de su país, una idea que apoyan los ecologistas británicos, que los consideran como santuarios, por la gran variedad de plantas de pastizal y arboles antiguos, así como restos arqueológicos que albergan.

Bellamy considera que las necrópolis tienen un importante papel que jugar en la ecología, ya que en ellos no se utilizan pesticidas e insecticidas, por lo que constituyen un refugio para una gran variedad de insectos, aves plantas y flores.

El liquen es una de las especies que más variedad alcanza en ellos, ya que la piedra ofrece un soporte ideal para su desarrollo. Hasta ahora, se han documentado 300 especies diferentes de liquenes, llegando a reunir un solo camposanto hasta un centenar.

Caring for God's Acre (Cuidemos los camposantos), organización dedicada a todos los aspectos relativos a la gestión de los cementerios que ha promovido este acto, espera crear una red nacional de organizaciones dedicadas al cuidado de estos espacios, en su conferencia del próximo año.