Hasta el mes de julio se produjeron 2.500 incendios forestales, casi 4.000 menos que el ño pasado, y la superficie afectada es de 28.000 hectáreas, 40.000 menos que en 1997.

Esta situación contrasta con la que padecen otros países mediterráneos, como Grecia, en los que las llamas están produciendo cuantiosos daños.

De las 28.000 hectáreas incendiadas hasta el momento en España, casi 20.000 afectaron a zonas no arboladas y el resto, algo más de 8.000 hectáreas, arrasaron áreas boscosas.

El noroeste peninsular es la zona más castigada hasta el momento por las llamas, ya que en ela se localizan tres cuartas partes de la superficie afectada; en las comunidades del interior el 11 por ciento; en el litoral mediterráneo el 10 por ciento y en Canarias se encuentra el 5 por ciento de la superifice total afectada.

Los incendios más importantes en este periodo se produjeron en la Isla de La Palma y en la provincia de León, puesto que ambos casos arrasaron más de 500 hectáreas, aunque también se registraron siniestros que ocasionaron daños considerables en Benifallet (Tarragona) y en Amonaster (Huelva).