PRIMARIAS. LEGUINA ACUSA AL ENTORNO DE BORRELL DE INTERVENIR DE FORMA TORTICERA CONTRA EL EN LAS PRIMARIA DE MADRID

- De Fernando Morán, asegura que "no ha respetado" las normas de las primarias

- "Resulta terrible comprobar que personas pertenecientes a un partido democrático convierten su voto en un instrumento de cambio", dice Leguina en su escrito "Así perdí las primarias"

MADRID
SERVIMEDIA

Joaquín Leguina acusa al entorno de José Borrell de haber intervenido de forma "torticera" contra él en las primarias al Ayuntamiento de Madrid, en un escrito titulado "Así perí las primarias". Sobre Fernando Morán, ganador de esas elecciones internas, Leguina asegura que "no ha respetado" las normas que rigen las primarias.

Leguina explica en su escrito, al que ha tenido acceso Servimedia, que "la campaña electoral mostró desde el principio dos estilos y, sobre todo, dos objetivos. Mientras yo", dice, "me centré desde el primer momento en mostrar las partes oscuras de la administración municipal del PP, especialmente en su parte urbanística, atancando al alcalde, denunciano su incapacidad y sus pésimas actuaciones, Fernando Morán no ha cejado en toda la campaña de criticarme a base de desagradables 'pellizcos de monja' y descalificaciones: 'Miembro del aparato', 'conflictivo', 'abandonista'... y 'felipista'".

Agrega que "esto último no deja de tener maldita la gracia, viniendo de un hombre que fue nombrado ministro, al parecer, por el Espíritu Santo o su hada madrina y no por D. Felipe González Márquez".

Leguina afirma que "el sumum de los despropósitos llegó cuano José María de la Riva, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid encargado del Urbanismo y uno de los apoyos de Morán, convocó una rueda de prensa en el propio Grupo Socialista para criticarme y denunciar que muchos de los 'marroncillos' (convenios y pre-convenios urbanísticos) que yo estaba mostrando contra Alvarez del Manzano habían sido posibles porque la Comunidad de Madrid, siendo yo presidente, lo había autorizado".

A este respecto, sobre una recalificación de suelo en Aravaca (distrito d Moncloa), que fue citado por De la Riva, Leguina asegura que "no sólo estamos ante un dislate político, estamos ante una mentira, producto exclusivo de la mala fe".

Afirma que esa autorización "se dictó a instancias no sólo del Ayuntamiento, también fue pedida por el Ministerio de Obras Públicas que dirigía entonces José Borrell", y detalla pormenorizadamente cómo se posibilitó obtener aquel suelo necesario para el cierre de la M-40.

A continuación, Leguina, tras recordar que las normas que rige las elecciones primarias exigen un comportamiento para con los competidores y la organización del partido, asegura que "evidentemente" la campaña de Morán no ha respetado esas normas. "Se premia así", agrega, "a quien es capaz de saltarse la norma y se perjudica a quien, por prudencia, no saca a relucir una verdad como la expuesta a propósito de la mentada recalificación".

VOTOS SINDICADOS

Tras estas críticas, Leguina afirma que "un somero análisis de los resultados muestra dos evidencias: 1) Los aaratos de las agrupaciones locales siguen controlando en clave exclusivamente interna una buena parte de los votos. 2) Un grupo con unas escasas centenas de 'votos sindicados' es capaz, él solo, de dar la vuelta a una votación y otorgar el triunfo a un candidato".

En su opinión, "ambas evidencias reducen el objetivo de las primarias hasta hacerlo prácticamente desaparecer en beneficio de equilibrios internos de poder que nada tienen que ver ni con la ideología ni con planteamientos políticos ni, lo qu es más grave, con el posicionamiento de los futuros electores".

"La primera evidencia", agrega, "queda meridianamente clara cuando se comprueba que, habiendo sido el resultado global relativamente parejo (52,36% frente a 47,59%), en agrupaciones sociológica y territorialmente próximas las diferencias hayan sido altísimas".

Afirma a continuación que "de la segunda evidencia se deducen conclusiones bastante más graves. Morán triunfa porque en el último minuto, inopinadamente, un grupo decide cambir el sentido del voto y basta una sola llamada telefónica de su 'gurú' para que dos o trescientas personas que tenían decidido el voto, que habían avalado con su firma al candidato Leguina, votan a Morán (la comparación entre los avales y los resultados de la Agrupación de Mediodía Sur o de Buenavista no dejan lugar para la duda). Una simple operación aritmética muestra que el camino de trescientos votos lleva de ganar por más de cuatrocientos a perder por casi doscientos, como ha ocurrido".

"Resulta errible comprobar", agrega Leguina, "que personas pertenecientes a un partido democrático conviertan su voto, de un ejercicio de libertad, en un instrumento de cambio y que lo hagan sin que el partido al que pertenecen pueda reaccionar en defensa no sólo de la libertad, también de la decencia".

EL ENTORNO DE BORRELL

"Empero, la cosa se complica políticamente al comprobar la sucesión de contactos del 'gurú' en los días inmediatamente anteriores al de la elección. Hay una comida en el restaurante CasaSixto a la cual asistieron, de un lado, el 'gurú' acompañado, como le gusta decir, de sus 'coroneles', y de otro, Miguel Iceta, diputado por Barcelona y destacado miembro de la Oficina del Candidato José Borrell, acompañado por Guillermo Adams y José Antonio Alonso, ambos miembros activos del equipo de J. Borrell en las primarias".

"Es a partir de ese contacto", afirma Leguina, "cuando el 'gurú' comienza, dentro de su habitual verborrea, a enviar señales de disgusto con las que intentar justificar el olpe de mano que prepara. Tras entrevistarse con Morán, lo consuma la víspera de la elección". Para Leguina, "la conclusión es de aquellas obvias que los castizos califican como de 'blanco y en botellla'".

"Una interrogante queda encima de la mesa", dice al término de su escrito Joaquín Leguina: "¿Por qué, tras haber proclamado su neutralidad Borrell, su entorno interviene de esta forma tan torticera contra un miembro de la Ejecutiva a la que él pertenece?"

"Cualquiera que sea la respuesta o respestas plausibles una sensación se impone: algo huele a podrido y no precisamente en Dinamarca", finaliza.

(SERVIMEDIA)
29 Jun 1998
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