"Yo no quiero que mi secretario general dimita, pero quiero ganar estas primarias", aseveró en una rueda de prensa en la sede del PSOE, después de entegar las 65 firmas de miembros del Comité Federal que le avalan como participante en las primarias.

Borrell descartó que su posible victoria pueda poner en peligro la estabilidad del partido y remachó que las primarias "no tienen sentido si no se acepta por principio que cualquier resultado es igualmente bueno" para la oranización.

Por este motivo, aseguró que si percibe la opinión real de que su posible victoría supondría un perjuicio para el PSOE, él mismo sería "el primero en tomar decisiones consecuentes con ello" y, si temiera la dimisión de Almunia, "me lo tendría que pensar".

No obstante, se mostró convencido de que "eso no ocurrirá" y de que el resultado final de las primarias será "muy positivo". El que los militantes elijan será, a partir del día 24, el candidato "de todos" los socialistas a la jefaturadel Gobierno.

ADVERTENCIA A BONO

Las declaraciones del presidente de Castilla La Mancha, José Bono, en las que advertía de la posible inestabilidad que provocaría la derrota de Almunia en las primarias son, a juicio de Borrell, una posible "primera ocasión" para la actuación de la Comisión de Garantías Electorales, que debe velar por el proceso de elecciones.

"Cada uno puede manifestar su preferencia por uno u otro candidato", argumentó, pero descartó que en ese derecho entren las advertencias obre posibles perjuicios para el partido.

Tras manifestarse "muy satisfecho" por el desarrollo de las primarias, explicó que el propio Joaquín Almunia ha puntualizado durante la reunión de la Comisión Ejecutiva que el titular aparecido hoy en un diario catalán, que le atribuye de nuevo la advertencia de dimitir si pierde las primarias, "no refleja" el contenido de la entrevista.

El hecho de que ambos formen parte del mismo partido y de la misma Comisión Ejecutiva, y hayan compartido la tarea de Gbierno les coloca "lo bastante cerca como para poder trabajar" en común, aunque no son "ideológicamente clónicos" y mantienen puntos de vista "suficientemente diferentes" que se pondrán de manifiesto a lo largo de la campaña, agregó.

380.000 ENCUESTADORES

Por todo ello, instó a los militantes a hacer de encuestadores y transmitir con su voto en las primarias no sólo su opinión, sino la de los ciudadanos sobre quien es el candidato "capaz de conseguir más apoyos entre los votantes de este país para gnar a Aznar en las próximas elecciones generales".

"Es verdad", dijo, que Joaquín Almunia "tiene que atender a muchas más obligaciones y más complicadas" como secretario general del partido, lo que le roba tiempo en su "campaña" ante los militantes. "Cuando quiera le cambio el sitio", comentó en tono irónico.

José Borrell reiteró su opinión contraria al pronunciamiento "colegiado" de los órganos de dirección del partido a favor de uno de los dos aspirantes, por lo que se congratuló del método adotado finalmente por el Comisión Ejecutiva, impulsado por el propio secretario general

Estadísticamente, prosiguió, se puede constatar "el mayor apoyo" de los órganos de dirección a Joaquín Almunia. Lo contrario sería "sorprendente", por lo que pidió a los medios de comunicación y a los militantes que no coloquen a ambos en un determinado "territorio físico", en "divisiones heredadas del pasado" ni en una "estratificación jerárquica", porque no existe la división entre el candidato "de las bases" y "elde la dirección".

En este sentido, aseguró alegrarse de que "el compañero Almunia tenga muchas firmas de militantes" si bien advirtió que "lo mismo que me ocurre a mí (con las firmas de los miembros del Comité Federal) puede ocurrirle a él", en el sentido de que este respaldo no implica necesariamente el voto posterior.