Durante su sorpresiva comparecencia en el debate presupuestario, Zapatero se quejó de que las cuentas del Gobierno para el 2003 no apuestan por la integación de los discapacitados.

Denunció el incumplimiento por parte de las empresas de la cuota obligatoria de reserva de empleo para discapacitados y lamentó que el Gobierno no haya acometido todavía la reforma de la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI).

Además, Zapatero pidió más ayudas en los servicios asistenciales y las redes de atención a personas con minusvalía, además de una mayor apoyo en los sistemas educativos.

Finalmente, instó al Gobierno a que impulse políticas capacs de mejorar la integración social de los discapacitados y que sea capaz de movilizar al sector privado en este sentido.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, criticó la "teatralidad" de Zapatero, también en estas propuestas, y le recordó el "destacado" apoyo del Gobierno a los discapacitados en la nueva reforma del IRPF.