De la Cruz dio por finalizado el rastreo de la zona, junto con el inspector de la Brigada Judicial, en las marismas del río Tinto, alegando la peligrosidad del lugar a causa de la existencia de charcas, a unos 100 metros del sitio donde el 25 de abril de 1991 fue encontrado e cuerpo sin vida de la pequeña, según coincidieron en declarar los policías que investigaron el caso y detuvieron al procesado.

La investigación policial en la zona de humedales del río Tinto se inició seis días antes de la localización del cadáver de Ana María Jérez y en ella colaboró de forma voluntaria el propio procesado, quien aseguraba conocer dicho lugar.

Por otro lado, en la jornada de hoy una niña de 13 años aseguró haber visto a Ana María el día que desapareció, sobre las 19 horas, y encompañía de un hombre al que no llegó a reconocer por encontrarse de espaldas en la zona de la plaza de las Monjas de la capital onubense.

El juicio se reanudará el próximo lunes día 18 con la comparecencia de algunos testigos de la defensa, entre ellos dos personas relacionadas con la parapiscología y que aseguran poder "demostrar" que José Franco es inocente de los cargos que se la imputan. Uno de ellos, Emilio Martín, asegura que la niña no fue violada y no descarta que su muerte se deba a ritos saánicos.

El fiscal y la acusación particular coincidieron en solicitar dentro de sus coclusiones una pena de 44 años de prisión y un destierro de 6 años para el procesado, mientras que la defensa pide la libre absolución del mismo.