En declaraciones a Servimedia, Reig explicó que, tras la catástrofe del petroler "Prestige", los voluntarios que acudieron a Galicia a limpiar chapapote fueron bienvenidos, "pero la sociedad tiene que tomar conciencia de que hay muchos chapapotes, y esos también hay que quitarlos".

"Hay chapapote en las casas, en las residencias, en los hospitales, en los albergues de transeúntes y en las cárceles.Y ese chapapote requiere un voluntariado más sólido, más consistente, que se asemeje más a un estilo de vida", dijo Reig.

En su opinión, los "grandes acontecimientos", como el "Pretige", ponen de manifiesto que hay una juventud sensibilizada con los problemas. "Pero ahí no está la madre del cordero. Ese es un movimiento que tiene valores positivos, que no podemos minusvalorar y que constituye una realidad importante. Pero la sociedad precisa mucho más", concluyó.