Rajoy, que fue recibido con gritos de "te queremos" por los cerca de 10.000 militantes y simpatzantes del Partido Popular que llenaban el Multiusos Fontes do Sar, aseguró que los daños provocados por el vertido del petrolero es una "desgracia" y un "accidente no imputable a un gobierno" y anunció nuevas iniciativas en favor de Galicia, independientemente de las destinadas a solucionar las consecuencias del "Prestige".

"El tiempo va poniendo las cosas en su sitio", sentenció. "Lo mismo va a ocurrir en el asunto de Iraq, nadie quiere la guerra, nadie quiere el terrorismo, nadie quiere que Sadam Hsein tenga armas de destrucción masiva, nadie quiere que Sadam Husein se burle de la ONU, nadie quiere que Sadam Husein mate a gente de su propio país".

Rajoy ironizó sobre los ataques que han sufrido las sedes del Partido Popular y los insultos a algunos de sus dirigentes. Tachó de "regalos" los huevos lanzados contra José María Alvarez del Manzano o Alberto Fernández Díaz y calificó de "obras de arte" los adoquines y otros "elementos arquitectónicos" con los que se han dañado diversos bienes materiaes.

El vicepresidente primero llamó a la tranquilidad a los militantes por estos incidentes al augurar que "las cosas cambiarán" en pocos meses y señalar que los ciudadanos también están interesados en las reformas del Partido Popular, como la rebaja del IRPF, la supresión del IAE y la eliminación del impuesto de sucesiones de padres a hijos, y subir pensiones.