Las condenas se han sucedido a lo largo del día, como la expresada por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, de estos "brutales atentados" que, en palabras de Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, producen "profundo horror y repugnancia".

Chaves se encontraba junto al rey Juan Carlos y el ministro de Defensa, José Bono, en un acto en la localidad gaditana de San Fernando cuando se conoció la cadena de atentados. Y fue de los primeros en señalar que lo de Londres rescataba de la memoria los sucesos de Atocha.

Precisamente, dijo, la triste experiencia española en el 11-M y a lo largo de los años de las sacudidas de violencia de distinto origen, "debe estimularnos a perseverar en la unidad de todos y a anteponer, por encima de cualquier otra consideración, la atención y el consuelo a las víctimas y sus familiares, así como la defensa de nuestros valores cívicos".

La Generalitat Valenciana manifestó su convencimiento de que "los terroristas nunca conseguirán destruir la convivencia de los países que quieren vivir en libertad y en paz", en tanto que Miguel Angel Revilla, presidente de Cantabria, remachó afirmando que la "firmeza y la unión" de los demócratas "son el mejor medio para combatir a quienes tratan de imponer la sinrazón y la barbarie".

Desde La Rioja, su presidente, Pedro Sanz, aseguraba que los atentados de Londres "despiertan crueles recuerdos entre los españoles, víctimas también de este terror ciego y despiadado que debemos combatir con todos los medios a nuestro alcance". "Una acción que pretende", indicó el Gobierno de Aragón, "como sucediera el 11-M en Madrid, imponer el terror en Europa".

Por último, el Gobierno de Baleares, destino preferente de los turistas británicos, afirmaba estar "profundamente conmocionado", y agregaba: "Conocedores del sufrimiento que eso comporta (...) queremos hacer llegar un mensaje de esperanza y el convencimiento de que el mundo libre logrará definitivamente la derrota de la lacra terrorista".