Este acuerdo fue firmado por el anteror Ejecutivo foral y el de Vitoria y siempre ha contado con el rechazo de UPN, partido que gobierna en Navarra desde hace unas semanas tras el escándalo Otano.

Para UPN, socio del PP, el texto podrá desarrollarse siempre que se modifiquen algunos elementos sustanciales, como son que pierda su carácter permanente, que trate sobre materias concretas y no sobre una generalidad de éstas y que sean los gobiernos los que ratifiquen cada acuerdo, no el propio órgano.

La Mesa del Senado ha admitido esta añana los textos interpretativos que recogen estas propuestas. A partir de ahora, las mismas serán debatidas por la Comisión de Autonomías de la Cámara Alta y, tras su discusión, el pleno del Senado las votará.

Para Sanz, la tramitación del texto por parte del Senado, que luego deberá refrendar el Congreso, "se hace bajo la premisa del acuerdo y para que se logre un amplio consenso".

En este sentido, recordó que la actual dirección del PSN ya ha reiterado que no apoya el actual texto, por lo que l PSOE podría también cambiar su primera posición y acceder a los cambios ofertados, única alternativa para que el acuerdo Navarra-CAV tenga una eficacia real.

Miguel Sanz, convencido de que el PP no se plegará en este tema a las presiones de su socio, el PNV, precisó que no tiene ningún problema para reunirse con el 'lehendakari' vasco Ardanza y discutir el tema con él. "No descarto unas conversaciones para que el texto sea un verdadero acuerdo de colaboración, no de descolaboración, salvo que José Atonio Ardanza entienda que ya no es necesario firmar el acuerdo", dijo.