La concentración, a la que acudieron representantes de todos los partidos políticos isleños, sindicatos y organizaciones empresariales, tuvo lugar en la Plaza Mayor de Palma, donde se formó un gran mosaico humano en el que podía leerse desde el aire: "Baleares: Comunidad Histórica".

Soler manifestó ante los periodistas que acudían a la "Diada" omo "un ciudadano de a pie" y aseguró asumir las peticiones de las entidades cívicas convocantes: "mayor autogobierno, reconocimiento de nuestra comunidad histórica y apoyo a las carasterísticas de nuestra lengua propia".

La celebración de la Diada tuvo esta vez un un significado muy distinto al del año pasado, cuando la primera edición finalizaró con una manifestación frente a la sede del Gobierno Balear como protesta por su pasividad en la defensa de la lengua catalana. Según los convocantes, desde ue Cristóbal Soler está al frente del Ejecutivo autónomo, éste es más sensible a este respecto.

La concentración coincidió con el final del "Correllengües", un acto simbólico de apoyo al uso de la lengua catalana, en el que un grupo de relevistas portan una antorcha por diferentes municipios de Mallorca.

En el "Correllengües", que se inició el viernes, más de 8.000 personas llevaron la antorcha, siendo recibidas en cada uno de los pueblos con actos festivos en los que participaron unas 50.000 peronas.