La Asamblea General de Cruz Roja Española rerendó antes del verano el octavo estatuto, por el que la institución humanitaria ha asumido un modelo de organización independiente del Ejecutivo. El reglamento que desarrolla los estatutos estará concluido en los primeros meses del próximo año.

A juicio de Suárez del Toro, "esta autonomía supone una mayor responsabilidad, además de un anhelo importante por cuanto reafirma más nuestra voluntad de posicionarnos en la sociedad civil, y reafirma esa autonomía dentro de un entorno democrático en el que un institución como la nuestra tiene el deseo de autoafirmarse y autogobernarse".

A partir de ahora, el nombramiento de presidente de Cruz Roja compete a la Asamblea General, en vez de al Gobierno, como sucedía hasta el momento. Otro de los objetivos de los estatutos es dotar de una mayor operatividad funcional a Cruz Roja, que desarrolla cada día una mayor actividad sometida a la responsabilidad de su presidente y de sus máximos órganos de dirección.

Según explicó el presidente de Cruz Roja, los nevos estatutos pretenden clarificar y diferenciar las funciones y responsabilidades de los presidentes territoriales y de los comités de los distintos ámbitos. Así, a los presidentes se les otorga máxima capacidad ejecutiva y a los comités toda la capacidad de control.

Suárez del Toro, que ocupa desde hace tres años la presidencia de la institución, considera que "los nuevos estatutos tienen el valor de ser fruto del consenso. Este estatuto es de todos, y no representa lo que cada uno opinaría, sino l que entre todos hemos considerado que represente".

Desde los primeros estatutos de Cruz Roja Española, fechados en 1870 y firmados por el entonces presidente y fundador de la institución en nuestro país, el conde de Ripalda, hasta hoy, la entidad ha contado con siete estatutos.