Matas hizo esta consideración en su discurso de apertura de la XXIII Edición de la Asamblea de las Regiones de Europa (ARE), que se celebra hoy y mañana en Palma de Mallorca con la asistencia de 450 representantes gubernamentales de regiones miembros de ARE y de instituciones europeas.

Recordó el presidente balear que, como en el caso de las islas, "nuestros antepasados se veían obligados a emigrar a tierras lejanas, a América o a otros países europeos, huyendo de la pobreza, en busca de las oportunidades que esta tierra les negaba".

"Cien años después", enfatizó, "somos nosotros los que compartimos un porvenir con posibilidades con gentes venidas de otros lugares".

En este sentido, expresó estar en disposición de "extremar nuestros desvelos, porque estamos convencidos de que es así como se refuerzan los preciosos valores de la convivencia democrática y el respeto a los derechos humanos, que son, después de los grandes conflictos y sufrimientos que el mundo vivió durante la centuria pasada, el claro sustento del progreso de los pueblos".

En este sentido, subrayó su "inquietud" en torno a la necesidad de que los entes locales y regionales "también participen en las políticas de inmigración".

"Creemos que es conveniente que las regiones se impliquen, junto a los Estados y a la Unión Europea, en el impulso de una mayor cooperación para el desarrollo de los países emisores de emigrantes y, sobre todo, para garantizar una inmigración ordenada y regular", concluyó.