Entre estas novedades destacan varios contactos previos a las conversaciones de Argel, que tuvieron lugar, según el autor, en el sudest de Francia entre un representante del Gobierno español y el miembro de ETA Txomin Iturbe, ya fallecido.

Asimismo, destaca el papel que Josu Muguruza, parlamentario de HB en la pasada legislatura asesinado en noviembre de 1989, tenía dentro de la organización ETA durante el proceso de Argel.

Para el autor, la tregua de ETA durante dos meses -de febrero a abril de 1989- es "el mayor logro, ya que ambos (el Estado y ETA) creían que la paz merecía la oportunidad".

Egaña señaló tres factores que a su entender, llevaron a la ruptura de las negociaciones entre ETA y el Gobierno: la presión de los partidos del Pacto de Ajuria Enea; que las conversaciones no se produjeron entre ETA y el Estado, sino entre ETA y el Gobierno, y la existencia de dos planteamientos dentro de Herri Batasuna.

Estos dos planteaminetos en el seno de la coalición "abertzale" estaban representados por los que pensaban que las negociaciones debían tener una base sólida, ya que un fracaso en Argel supondría un fracaso electral de HB, y los que pensaban que una negociación con tregua conllevaría a un ascenso de votos de un 5 por ciento.