El buque, pionero mundial en este tipo de embarcaciones, tiene un diseño en forma de catamarán, con alerones entrelas quillas, y una cabina situada por encima de la línea de flotación, donde se ubica el pasaje en el momento de la inmersión.

La cabina, que recuerda en su diseño al mítico "Nautilus" imaginado por Julio Verne, permite a los tripulantes gozar de una amplia visibilidad y dispone de un habitáculo muy confortable, acorde con la finalidad de la nave, que, aunque tiene una variada gama de aplicaciones industriales, está destinada fundamentalmente al ocio y recreo.

El manejo de la embarcación es muy sncillo, acorde con el destino para el que ha sido diseñada, y cuenta con un equipamiento informático que gobierna la nave. De este modo, el tripulante sólo debe ocuparse de manejar los timones y los alerones.

El Subibor tiene una autonomía en inmersión de entre tres y cuatro horas, dependiendo del uso que se haga del motor. Dado que en el fondo del mar la velocidad suele ser lenta para facilitar la observación, la autonomía suele llegar a las cuatro horas.

Una vez finalizada la fase de I+D, que s prolongará todavía durante todo el año 96, comenzará la fabricación en serie del Subibor, aunque no está confirmado todavía si su desarrollo se llevará a cabo en Galicia o en otro lugar de España. Aunque Subibor es una empresa multinacional, cuenta en su accionariado con una importante participación de capital español.

El coste de la embarcación no excederá mucho del precio habitual de un yate de recreo convencional, aunque, como sucede con los buques de recreo habituales en nuestras costas, estará a alcance tan sólo de bolsillos privilegiados y rondará los treinta millones de pesetas.