Intervinieron en el acto los ex presidentes de Costa Rica y de Portugal, Oscar Arias y Mario Soares, respectivamente; la diputada chilena Isabel Allende; el secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga; y el presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero.

Todos ellos destacaron la labor realizada por la ONCE,a la que felicitaron y motraron su apoyo por la iniciativa de crear la fundación de apoyo a los ciegos latinoamericanos.

El ex presidente Oscar Arias manifestó que la ONCE es un ejemplo que debe echar raices en el continente latinoamericano y la diputada chilena Isabel Allende la consideró como un ejemplo de solidaridad para la América Latina.

Cerró el acto el presidente de la ONCE y de la nueva fundación, José María Arroyo, agradeciendo la presencia de las personalidades presentes y reiterando e apoyo de la ONCE en tareas de solidaridad con los ciegos de Latinoamérica.

La nueva organización tiene como objetivo mejorar la atención a las personas con deficiencias visuales de los países de América Latina, un colectivo de unos 5 millones de personas.

Respecto a la relación con los ciegos latinoamericanos, la experiencia de la ONCE arranca de los primeros años 80, con un "Fondo de Ayuda" que, en colaboración con la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC), se tradujo en cientos de proyectos qu sirvieron para paliar las graves carencias educativas, laborales y asistenciales de los ciegos latinoamericanos.

El rey Juan Carlos será el presidente de honor de la Fundación ONCE para la Solidaridad con Personas Ciegas de Latinoamérica, cuya presidencia ejecutiva recaerá en el presidente de la ONCE, José María Arroyo.

Como vicepresidentes de honor figuran la infanta Margarita y el Premio Nobel de la Paz y ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias, así como el ex presidente de Portugal Mario Soaes y el ex presidente del Gobierno español Adolfo Suárez.

El Patronato de la nueva Fundación ONCE con los países de Latinoamérica estará también representado, entre otras personalidades, por la coreógrafa y bailarina cubana Alicia Alonso, así como por el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, y por la diputada chilena Isabel Allende.

La Fundación de la ONCE no podrá, por mucho esfuerzo, voluntarismo y los limitados medios que pudiera promoveer, dar solución a todas ls peticiones que la precaria situación de los ciegos latinoamericanos hacen prever, pero sí constituir un importante instrumento de penetración e impulso para el desarrollo.

Si consigue la colaboración de las entidades implicadas en este terreno, y la voluntad de los poderes públicos del área, puede impulsar un salto cualitativo en las políticas de servicios sociales que contribuya a paliar la grave situación de los colectivos afectados.

Durante los últimos tres lustros, la ONCE y los ciegos latioamericanos han ido labrando una senda de estrecha y fructífera colaboración. Ahora, se plasma en un proyecto que debe afianzar mucho más esa política solidaria para la mayor integración de las personas ciegas del Nuevo Mundo.