En una breve intervención, apostó por reorientar el proyecto político de manera participativa con respecto a los militantes y a la sociedad, con un congreso que defina la nueva política, los nuevos métodos "y los nueos protagonistas". Sánchez Presedo asumió todas las responsabilidades por el fracaso electoral de octubre, aunque estimó deseable que algunos más supieran entonar el "mea culpa".

Sánchez Presedo matizó que su dimisión no significa abandono y se mostró deseoso de participar en el futuro del partido "con toda autoridad y libertad", como "uno más de los militantes de base a los que tanto aprecio y admiro".

Los cambios, a su juicio, deben llegar de la mano de la renovación y el galleguismo "y no de l manipulación, las viejas fórmulas de la pulverización del proyecto gallego", señaló, y alertó contra la conversión del PSOE gallego en "un partido teledirigido o una organización de corte feudal".

También se pronunció Presedo en favor de conseguir una delegación única ante el congreso federal, algo que los críticos y los guerristas de Paco Vázquez han puesto difícil, al elegir a Manuel Veiga Pombo como su portavoz sin contar con todos los delegados.

Tras concluir su intervención, Antolín SánchezPresedo salió corriendo, para huir de los periodistas, del hotel compostelano en el que se celebraba la reunión.

CRITICAS A LA DIMISION

El Comite Nacional Galego del PSOE estaba reunido para convocar el congreso regional gallego, previsto para mediados del mes de mayo, pero Sánchez Presedo no sometió a votación las propuestas de Ejecutiva regional a este respecto, lo que fue criticado por José Nogueira, hombre de confianza de Francisco Vázquez, que calificó la dimisión de inoportuna y estimó que busa entorpecer y complicar el período precongresual autonómico.

También Ceferino Díaz, presidente del grupo parlamentario socialista, y persona que de alguna manera evitó que Sánchez Presedo se viera forzado a dimitir tras las pasadas elecciones autonómicas, criticó la decisión de Sánchez Presedo, del que se esperaba, dijo, "que clarificara de una vez que no se iba presentar a la reelección como secretario general y dejaba el camino libre para el debate sin confrontaciones personales".

Ceferino Día afirmó que la dimisión es inoportuna "porque crea más confusión. No arreglamos ya nada. Pienso que hasta complica el proceso que estamos abriendo ahora". Sin embargo, descartó que pueda producirse una escisión en el PSOE gallego, aunque mostró su temor a que cuestiones procedimentales retrasen la salida de la crisis:

"La interinidad ahora se agrava y puede dar lugar a un proceso de confrontación y desgaste inútil. Espero que tengamos la serenidad de elegir una comisión gestora representativa y vamos l congreso con serenidad. Yo apuesto por eso", dijo.

Por su parte, José Nogueira indicó que en este momento no procedía la dimisión y se pronunció en favor de nombrar cuanto antes, a ser posible esta misma noche, una comisión gestora que siga con el proceso de convocatoria del VII congreso para celebrarlo cuanto antes.

Nogueira estimó viable la designación de una gestora y recordó como precedente la creada tras la dimisión de Francisco Vázquez como secretario general del PSOE gallego en los albors de la autonomía y después de que su partido optara por la capitalidad de Galicia en Santiago y no en La Coruña.

El portavoz socialista en el Senado, Xaime Barreiro, manifestó que el PSOE gallego está ante "un desastre" y apostó por iniciar la reconstrucción cuanto antes y "desde las bases".