Estos premios se entregan cada año a los alumnos que han cursado sus estudios con mayor brillantez. La convocatoria hecha pública hoy corresponde a los estudiantes que finalizaron la carrera en el curso 1996-97.

Laura Ceballos, licenciada en Odontología por la Universidad de Granada, y Gonzalo Arruego, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, han sido los que han obtenido la máxima excelencia académica de su promoción.

Ambos no sólo no han sufrido e carne propia lo que supone un suspenso en la enseñanza superior, sino que tampoco pueden presumir de haber sacado un triste "aprobado", un "bien" o un "notable". Laura y Gonzalo lograron al término de la licenciatura una nota media de 10 (equivalente a matrícula de honor), al haber obtenido una calificación también de diez puntos en todas las asignaturas-crédito que componen su expediente académico.

De los 150 premiados, elegidos de 820 titulados que presentaron su solicitud, 76 son hombres y 74 mujees. Por enseñanzas, en el área de Ciencias Experimentales y Salud han sido distinguidos 47 estudiantes; en Ciencias Sociales y Jurídicas, 46; en Enseñanzas Técnicas, 35, y en el área de Humanidades, 22.

En cada carrera, hubo tres modalidades de premio, con su correspondiente dotación económica: 425.000 pesetas para el primer premio, 325.000 para el segundo y 275.000 para el tercero.

En el acto de entrega, la ministra de Educación aseguró que los premios pretenden poner de relieve el valor del traajo en el proceso de aprendizaje "y hacer una llamada a la responsabilidad de cada estudiante".

Aguirre pidió a todas las universidades que tengan "la calidad y la excelencia académica como la meta hacia la que deben orientar su trabajo".

En representación de los galardonados, Laura Ceballos tuvo palabras de agradecimiento para los profesores y, sobre todo, para sus familias, "por sus grandes dosis de paciencia".